martes, 17 de marzo de 2009

Poema errante


La sábana que ahogas ahora
ya la has estrangulado
cientos de veces en mi mente.
Tu gemido lo has rescatado
de los muchos que te imaginé.
Tu cuerpo se me presenta
como un collage de mis pensamientos,
como un rabo de lagartija
que se rebela sumiso.
Desnuda no me eres nueva,
jamás antes se te ocurrió
evitarme cavilaciones.
Tan sólo tu aliento,
cúrcuma ensangrentada,
se atreve a desafiarme.
He buscado entre todos los nombres,
interrogué a metáforas y sentencias,
pero no he sido capaz
de hacer tuyo este poema.