sábado, 4 de abril de 2009

Un brindis por los mapas erróneos


Hace mucho que las luces están apagadas
cuando abro la puerta de mi casa.
Tuteo a la soledad como la peca al peligro.
Si los pájaros emigrasen a mi modo,
a ninguno le importaría volar sin destino.
Soy un géminis obediente,
mis dos caras jamás se confunden:
la que morirá es la mía
y con vosotros dejaré la máscara.
Los conformistas consuelan sus manos cruzadas
vociferando que en la vida hay tiempo para todo;
yo prefiero incluir una vida en cada segundo.
Mis agendas suelen tener una única página
y la palabra que reina en ellas es ahora.