domingo, 18 de enero de 2009

A veces



Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.

Ángel González

2 comentarios:

Fernando García-Lima dijo...

Qué grande era González. Casi como tú, Bermúdez.

Ahora, eso de que "mancha la tinta tanto como el semen"... Habría que ver de qué estaba hecho el semen del poeta, virgen santa.

Anónimo dijo...

OLE,OLE Y OLE!!! ERES UN GRAN ARTISTA J.B SIGUE ASI.