viernes, 12 de septiembre de 2008

La carne siempre es impaciente


Te pido disculpas por el retraso
y no haber sido puntual
en tu arrojada fiesta intrauterina.
Compruebo asombrado
que todos se marcharon ya,
pero me sorprende aún más
descubrir que olvidaron
sus más íntimas pertenencias.
No sé si me servirás una copa;
ni tan siquiera sé si reservaste
sudor en tus muslos para mí.
Dudo por tanto que conozcas
la historia de Penélope;
yo te apellidé con su lealtad
durante toda esta lejanía.
Permíteme ahora
que le suplique dispensa,
pues no te merece.
**Gracias a J.J. Téllez, cuyas metáforas,
aquí presentes, inspiraron este poema.

3 comentarios:

Fernando García-Lima dijo...

Superior, Bermúdez, sí señor. Para llevarse consigo en las noches de seducción. "ni tan siquiera sé si reservaste / sudor en tus muslos para mí". Pero qué bueeeeenoooooo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Y por qué te retrasaste, eh?, qué estabas haciendo??, dejándote seducir por música de sirenas?

Arriba esos puños por la liberación de las penélopes del mundo!!!
Fuera esos ulises que se van de Willy Fog por el mundo y encima esperan fidelidad y sudor en los muslos para ellos!!!!

Muy buena Jose!, tú y Fernando me estais dando ganas de ponerme a escribir de nuevo...

Besitos de Belén

Amelie Poulain dijo...

Esta entrada es genial, Joze!!!
Y qué bueno tb el comentario de Belén!! Estoy con ella "El que llega tarde, ni oye misa, ni come carne!!" :P

Esta foto la tenía reservada para un post. Vaya! Yo tb llego tarde :S

Besossss