jueves, 2 de octubre de 2008

Al amanecer...


Obedecí a la posibilidad impropia
y fui lacayo del tropiezo más repetido.
Soy, pues, víctima impersonal ante el amor prohibido,
bandera blanca en una batalla de horizonte en calma.

Fui títere a la deriva en una gota de sal
mientras tú recorrías los siete mares sin levar ancla,
dejando caer insoportable la arena
como si de una cascada atemporal se tratase.

Rigurosa vestal, óvulo barnizado,
yo te hubiese prometido la nada
si, por un instante, en tus ojos
la hubiese visto reflejada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"yo te hubiese prometido la nada
si, por un instante, en tus ojos
la hubiese visto reflejada."

Precioso final. Me ha hecho pensar en una canción de Los Piratas:

"Si tus ojos no cambiaran todas las mañanas, sería tu dueño, te trataría, como lo haría la noche con los sueños"

Siempre los ojos.

Un beso de Belén

Fernando García-Lima dijo...

Lo que me gusta eso del óvulo barnizado...

A ver si nos animamos y publicamos más cosas, que se te echa de menos.

Amelie Poulain dijo...

Fer, me has quitado el coment :P
Un texto preciosooo.

Besos